Rodillera

Una rodillera es un dispositivo médico externo diseñado para ayudar a aliviar o prevenir el dolor reduciendo la tensión sobre las rodillas, las articulaciones y los músculos. También se ha demostrado que disminuye la hinchazón y la inflamación, mejora el equilibrio, sujeta los ligamentos o tendones débiles, ayuda en la recuperación tras una lesión y proporciona apoyo a las personas que se recuperan de una intervención quirúrgica.

Existen varios tipos de rodilleras, según el estado del usuario y su plan de tratamiento. Algunas son preventivas, utilizadas por los deportistas para evitar lesiones durante la actividad física intensa. Otras son correctivas, y sujetan la articulación mientras se cura o compensa una debilidad estructural.

Con nuevas tecnologías como las impresoras 3D, el objetivo principal es mejorar la movilidad, reducir las molestias y potenciar el movimiento. Las herramientas digitales, desde el escaneado 3D a la impresión 3D, ofrecen a los CPO las mejores soluciones para sus pacientes.

Introducción a las rodilleras impresas en 3D

En los últimos años, las impresoras 3D se han convertido en una poderosa herramienta en muchos campos de la medicina, especialmente la ortopedia. Permiten a los CPO crear dispositivos a medida que se adaptan a la anatomía única de cada persona. Esta innovación supone un cambio importante en la forma de diseñar, producir y suministrar las rodilleras.

El proceso comienza con un escaneado en 3D de la pierna de la persona. Este escáner captura medidas precisas y proporciona un modelo detallado de la zona de la rodilla. Garantiza que los siguientes pasos puedan realizarse sin problemas para conseguir un dispositivo perfectamente ajustado.

A continuación, el escaneado 3D se importa a un programa de CAD (diseño asistido por ordenador) como Fitflow Cube o Canfit. Aquí, los profesionales pueden modificar la forma, añadir refuerzos, ajustar el grosor, etc. La fase de diseño permite un control y una flexibilidad totales para adaptar el dispositivo tanto a las necesidades médicas como a la comodidad de la persona.

Una vez que el modelo digital está listo, puede enviarse a una impresora 3D. Este método no solo garantiza la precisión, sino que también reduce considerablemente el tiempo de producción.

El resultado es un dispositivo ligero, funcional y adaptado a la anatomía del paciente, que es un ejemplo perfecto de cómo las herramientas digitales pueden mejorar la atención ortopédica.

Impresión en 3D de una rodillera

Las principales ventajas de utilizar impresoras 3D son que evitan los residuos y ofrecen el aparato ortopédico más eficaz para una persona. Los CPO pueden diseñar el dispositivo con un software específico y luego enviar sus archivos a su impresora 3D para imprimir la ortesis.

La solución también puede incluir zonas diferenciadas: algunas partes pueden ser más flexibles para permitir el movimiento, mientras que otras están reforzadas para estabilizar la articulación. Este tipo de estructura mejora tanto la eficacia como la comodidad, ofreciendo un apoyo específico donde más se necesita.

En resumen, una rodillera impresa en 3D no es sólo una herramienta, es una solución personalizada, construida para ayudar a las personas a recuperarse o moverse mejor con precisión.

Ventajas de la impresión 3D

Una de las mayores ventajas de las impresoras 3D es su precisión.

Gracias a un flujo de trabajo digital global, los CPO pueden crear una ortesis fácilmente.  Partiendo de un escaneado 3D de la pierna, los profesionales podrán obtener un archivo 3D preciso que refleje la forma del individuo. Esto permitirá los siguientes pasos del proceso, para una mayor precisión y, al final, mayor comodidad, menos puntos de presión y mejor soporte durante el movimiento. Para muchos pacientes, esto supone una gran diferencia en el uso diario del dispositivo.

Otra ventaja es la reducción del tiempo de producción. El método tradicional requiere fabricación manual, lo que puede llevar mucho tiempo. Con un proceso digital completo, una vez finalizados el escaneado y el diseño, la ortesis puede imprimirse en 3D y entregarse mucho más rápido, lo que acelera todo el proceso asistencial.

La personalización es otro punto fuerte. Los pacientes pueden elegir colores, acabados e incluso el aspecto general de la ortesis. Esto puede parecer un detalle, pero puede desempeñar un papel importante a la hora de mejorar la aceptación del paciente, especialmente entre los usuarios más jóvenes o los que llevan la ortesis a diario.

Por último, desde un punto de vista medioambiental y logístico, las ortesis impresas en 3D reducen el desperdicio de material. Mientras que el método tradicional produce muchas virutas que son claramente visibles, tangibles y excesivas, el proceso digital y la impresión 3D reducen considerablemente el desperdicio de material haciéndolo más limpio, con líneas de filamento precisas y mínimos restos.

Las impresoras 3D marcan una nueva era en la atención ortopédica. Combinan precisión, rapidez, comodidad y personalización, importantes ventajas de la asistencia sanitaria moderna. Aunque las ortesis tradicionales siguen cumpliendo su función, las ventajas que ofrecen las tecnologías de impresión 3D las convierten en una alternativa sólida, sobre todo cuando la atención al paciente es una prioridad.

A medida que herramientas como el escaneado 3D, el software de diseño y los métodos de fabricación sean más accesibles, es probable que más profesionales recurran a estas soluciones innovadoras. En Qwadra, creemos que estas tecnologías representan el futuro del tratamiento ortopédico: más rápido, más inteligente y más cercano a las necesidades de cada persona.


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